INFORME – El gobierno ha sido criticado por su manejo de la pandemia y la situación económica y sufrió un fracaso en las primarias dos meses antes de las elecciones.
Buenos Aires
El invierno austral está llegando a su fin, pero esta mañana sopla un viento helado desde el Río de la Plata sobre Quilmes, una ciudad en las afueras de Buenos Aires. Frente a una escuela pública, dos madres comentan sobre el tan esperado regreso de sus hijos a clases después de un año y medio sin clases a causa de la pandemia. “Pasamos por el infierno. No tenemos computadora ni conexión a internet en casa, por lo que les es imposible seguir las clases virtuales ” dice Verónica, que vive con sus ocho hijos en Villa Luján, un barrio pobre de Quilmes.
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La discusión rápidamente tomó un giro político. Porque unos días antes, las dos mujeres, como otros 34 millones de argentinos, habían sido convocadas a las urnas para las elecciones primarias, una especie de barómetro antes de las elecciones parlamentarias parlamentarias del 14 de noviembre. “El gobierno paga las consecuencias de sus errores. Los cierres de escuelas son uno de ellos, pero la lista continúa. Me siento engañado,
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