SINGAPUR (Reuters) – Dos alemanes que se enfrentan a la cárcel y azotes en Singapur por irrumpir en una estación de trenes y pintar con aerosol un grafiti en un vagón fueron acusados de dos cargos más de allanamiento de morada después de una audiencia judicial el viernes.
Andreas Von Knorre y Elton Hinz, ambos de 21 años, fueron acusados de ingresar al depósito central de Singapur dos mañanas antes de pintar con aerosol un grafiti en el tren el 8 de noviembre. Los cargos contra los dos fueron leídos en alemán.
La fianza se fijó en 100 000 dólares singapurenses (76 805 dólares estadounidenses) y se les dijo que comparecieran ante el tribunal el 17 de diciembre. Han estado detenidos desde que fueron arrestados en Malasia hace una semana y extraditados a Singapur por cargos de vandalismo y allanamiento de morada.
Los nuevos cargos por allanamiento se relacionan con el ingreso al depósito los días 6 y 7 de noviembre.
Las imágenes de los medios la semana pasada mostraron un carruaje pintado con varias letras y motivos, aunque no estaba exactamente claro qué estaba escrito en él.
Reconocido por su limpieza, Singapur toma medidas enérgicas incluso contra delitos menores como el vandalismo e impone severas multas por tirar basura.
Si son declarados culpables de vandalismo, Von Knorre y Hinz enfrentan cada uno hasta tres años de prisión o una multa de hasta 2000 dólares singapurenses y entre tres y ocho latigazos con un bastón. Los cargos de allanamiento conllevan una pena de prisión de hasta dos años, una multa de hasta 1.000 dólares de Singapur, o ambas.
Sus arrestos se producen cuatro años después de que el ciudadano suizo Oliver Fricker fuera sentenciado a siete meses de prisión y tres golpes de bastón después de declararse culpable de atravesar la valla de un depósito ferroviario y pintar con aerosol graffiti en vagones de tren.
Las leyes contra el vandalismo de Singapur llegaron a los titulares mundiales en 1994 cuando el adolescente estadounidense Michael Fay fue azotado por dañar automóviles y propiedades públicas, a pesar de los pedidos de clemencia del gobierno de los EE. UU., incluido el entonces presidente Bill Clinton.
Información de Theodora D’cruz; Editado por Saeed Azhar y Paul Tait
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