Miles de capibaras han ingresado a la urbanización Nordelta en Buenos Aires, Argentina, causando múltiples daños en el césped de las casas, atacando perros y provocando accidentes de tránsito.
Nordelta es una comunidad cerrada muy conocida en Argentina que se encuentra a orillas del Paraná, el segundo río más importante de América del Sur, pero ha sido atacado por roedores en las últimas semanas, lo que irritó a los residentes con los daños provocados en el punto.
“Los capibaras no solo están destruyendo jardines, sus excrementos se han convertido en un problema”, dijo a La Nación un residente del complejo residencial, y agregó que no hay nada que pueda hacer porque las autoridades locales de vida silvestre han prohibido a los residentes acercarse a los animales. Sin embargo, algunos vecinos del conjunto residencial respondieron a esta situación con armas de caza.
Muchos argentinos también han defendido la presencia de roedores en las instalaciones de la comunidad cerrada utilizando las redes sociales y las redes sociales para generar apoyo para el paradero de los capibaras, ya que es parte del hábitat de estos animales.
“Mi pleno apoyo a los capibaras del delta norte que quieren recuperar su hábitat”, escribió un partidario de la causa en la red social Twitter. El grupo defensor de estos animales también se reunió en la Comisión Pro Equilibrium de Nordelta Capybara y manifestó que no pretendían exterminar a los capibaras, pero que existía cierto control sobre la reproducción de esta especie, informó el sitio de noticias local TN. .
Estos animales pueden medir hasta un metro de largo, más de 60 centímetros de alto y pesar hasta 60 kilos. Los capibaras suelen vivir en grupos de 10 a 20 animales.
Según Enrique Viale, abogado ambientalista local, es un error ver la afluencia de capibaras como una invasión porque está sucediendo “lo contrario”: “El condominio en el Delta Norte ha invadido el ecosistema del capibara”, dijo el ambientalista al diario británico. “El guardia”.
Enrique Viale agregó que “con el apoyo del gobierno, los adinerados desarrolladores inmobiliarios tuvieron que destruir la naturaleza para poder vender a sus clientes el sueño de vivir en el desierto, porque la gente que compra estas casas quiere naturaleza, pero sin mosquitos”. “. o capibaras “.
“Nordelta es el paradigma sobredimensionado de condominios cerrados construidos en pantanos y lo primero que hace es quitar la función absorbente del suelo, y en climas extremos son los barrios más pobres los que terminan inundados”, concluyó Enrique Viale.
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