Una sequía histórica ha empeorado la ya atribulada economía de Argentina, ha alimentado la inflación y es probable que sumerja al país en una recesión este año y el próximo. Los economistas señalan que la caída del producto interno bruto (PIB) en 2024 debería estar entre 2,5% y 3%, mientras que la inflación podría llegar al 110%. También aseguran que el déficit presupuestario volverá a crecer, lo que llevaría al país a romper el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Prevemos una caída del 3% del PIB este año y, si todo va bien, una inflación del 110%”, dice el economista Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora Equilibra.
Itaú Unibanco también prevé una caída del 3% en 2024 y del 2% en 2024, además de una inflación del 100% este año. “La sequía fue un golpe muy duro. Complicó el plan de Sergio Massa (ministro de Economía). Los desequilibrios económicos son muy grandes y las correcciones en los últimos meses han sido pequeñas”, dice el economista Juan Barboza, radicado en Itaú.
La sequía reducirá la producción de soja en un 45% en comparación con las expectativas, lo que resultará en la peor cosecha de las últimas 15 temporadas. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, el trigo caerá un 50%, la peor cosecha desde 2010, y el maíz un 35%.
El problema se vuelve aún más espinoso ya que el sector agroindustrial representa alrededor del 65% de las exportaciones de Argentina, que sufre escasez de dólares. Con la caída de la producción agrícola, $20 mil millones (equivalentes al 23% de las ventas al exterior en 2022) dejarán de ingresar al país.
La inflación ha alcanzado niveles récord incluso cuando el gobierno controla los precios de los productos esenciales. Cerca de 2.000 productos tienen sus precios congelados y otros 49.800 no pueden ajustarse más de un 3,2% mensual.
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