Quién es Javier Milei: el candidato de extrema derecha lidera las primarias de Argentina
Javier Milei, el candidato presidencial de extrema derecha de Argentina, adoptó la frase “viva la libertad, carajo” como lema político en esta campaña electoral.
Finaliza muchos de sus discursos con esta frase e incluso la utiliza como acrónimo (VLLC) en tuits. “Viva la libertad, carajo” también está escrito en camisetas y existen varios perfiles en redes sociales con este lema.
Aunque la palabra española “carajo” tiene el mismo significado en el diccionario que una palabra muy similar en portugués, el término no tiene el mismo peso obsceno en Argentina que en Brasil.
Ha habido otras ocasiones en que la palabra ha sido utilizada por políticos: en un famoso discurso del venezolano Hugo Chávez en Mar del Plata, Argentina, en 2005, señaló su rechazo a la propuesta del bloque comercial ALCA con las palabras “Alca al dude”. “
La mala palabra ha perdido su reproche obsceno.
Heloisa Pezza Cintrão, profesora de traducción español-portugués de la carrera de literatura de la USP, dice que “carajo” es en realidad una palabra relacionada con el órgano sexual masculino. “Carajo en el diccionario se refiere al pene; ese es el significado. Es la misma palabra en portugués, no es un cognado falso”, dice.
Sin embargo, la docente afirma que algunas palabras pierden significado debido a su uso frecuente. “Dudo que (los argentinos) hayan perdido la noción de lo que significa ‘carajo’, pero la palabra ya no tiene el peso de la obscenidad”, afirma.
Romilda Mochiuti, profesora de la Unicamp, explica que el carajo es una característica lingüística del español que se habla en Argentina. “Los marcadores discursivos establecen una relación con el uso de las palabras, y la carga semántica se diluye con el tiempo, el peso peyorativo negativo se pierde y pasa a tener sólo peso enfático. Esa es la función del carajo: enfatizar una expresión”, dice.
Dice que hay otros ejemplos similares en otros países de habla hispana. En España, la palabra “coño”, originalmente el órgano sexual femenino, también se utiliza como marcador del discurso, en este caso para enfatizar algo, como en “que coño es eso?”, que significa “eso es todo”.
En entrevistas con g1, los dos profesores mencionaron la palabra portuguesa “caramba”, que es una especie de reemplazo de la palabra original para momentos en que el uso del término original es inapropiado. Este intercambio no se produjo en Argentina; “Carajo” sólo perdió parte de su cargamento.
La palabra aparece en los periódicos e incluso en programas de televisión.
No es un buen aspecto para un presidente.
Los dos profesores explican que “Carajo” no tiene el mismo significado en Argentina que en Brasil, pero que sigue siendo una palabra que no pertenece al discurso político. Milei lo usa intencionalmente, afirman.
“’Carajo’ no es un buen tono en ciertos contextos y en el discurso del candidato es una apelación a las emociones y a las simplificaciones”, dice Cintrão, de la USP.
El candidato utiliza el término con frecuencia porque quiere mostrarse como alguien que desafía los protocolos, está en contra del sistema y, teóricamente, es parte del pueblo.
“La idea es crear una identificación popular, quiere señalar que no hay florituras. En otras palabras, es una forma de construir una imagen”, afirma.
La profesora Romilda Mochiuti sostiene la misma línea: la intención detrás de su uso es generar empatía entre el público votante. “Construye una imagen de alguien que desafía los protocolos”, dice.
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