El conductor y conductor es el nuevo invitado de Caja Negra, el ciclo de entrevistas de Filo.Noticias conducido por Julio Leiva. Fabián Alberto Gómez comenzó a presentarse en las calles de diferentes ciudades turísticas y se convirtió en un referente para los niños y niñas de nuestro país. Actor, músico, animador y conductor de televisión, ya es un ícono que marcó a muchas generaciones en su infancia. Pero detrás de la magia también está un ser real: Piñón Fijo.
“Por respeto a los payasos, siempre aclaro que no lo soy. En realidad, soy una extraña mezcla de descaro. El payaso de verdad, alrededor del payaso de circo, el ideal es el que sabe hacer. todas las actividades del circo para luego descomprimirlas en el absurdo y el humor. Bajo ese concepto, no podría responder a la pregunta porque yo no soy eso. ¿Qué significa ser un engranaje fijo, en mi caso? Es una mezcolanza de cosas. “Es un personaje que prolonga, en primer lugar, mi propia infancia en el tiempo. Me hace sentir un niño mucho más tiempo de lo que la sociedad soporta. Y también me parece que esto contagia a los demás”, dijo el conductor.
Sobre las dos personas que representa explicó: “Piñon de Fabián no tiene timidez intraprovincial, porque yo soy del interior, vengo de un pueblo que se llama Deán Funes, al noroeste de Córdoba, a 120 km de Córdoba. y crecí allí hasta los 13 años y me fui a Córdoba. Que la prudencia, la timidez y la parsimonia nunca me dejaron como a Fabián, algo que no niego y ha sido una de mis principales herramientas para hacerme un lugar en la sociedad. Que Piñon de Fabián no lo tiene. Y bueno… Piñón es una caricatura de Fabián, entonces Fabián aprovecha muchas cosas que genera Piñón para intentar ser más feliz”.
Admitió que siempre está “jugando con el tiempo” y que más de una vez confundió su cumpleaños: “Utilicé una agenda electrónica y tenía todo el año cubierto: tres cumpleaños los sábados, tres los domingos, de lunes a viernes tenía uno”. por día “Así fue de mayo a octubre. Y un día, la pequeña agenda no empezó. No había copia de seguridad, ni papel ni lápiz. Así que durante un mes más o menos me pinté a las 15:00 horas, puse el teléfono al lado como si estuviera de guardia hasta que recibía una llamada y me respondía: ‘Sí, tranquilo’. Déjame hablar, dime la dirección y luego te explico’, y él salía…”.
Julio Leiva le preguntó sobre la canción del chupete y la relación que tiene con De La Rúa: “En el 2001 yo estaba haciendo canciones que tenían que ver con los procesos de los chicos: dejar el chupete, el biberón. Y en ese momento, como cada Argentino, estaba muy preocupado por la situación del país. Veías que Chacho (Álvarez) estaba denunciando todo el tema de Banelco y me gustó ese paralelo. Lo mantuve en secreto y me preguntaron por eso en un programa”.
“Yo creo que los niños son seres superiores. Yo creo que un niño es un ser humano en estado puro. Quemamos etapas más rápido, antes de los medios, ahora de las redes, el bombardeo que hay, que pasa. Adultos, en general , comenzamos a pedirles a los chicos papeles que no les salían naturalmente, ser grandes. Pero el bombardeo social es muy fuerte, es muy dispar desde los medios. El adulto que invade al niño con esa tontería, también es invadido y lo queman los medios, las redes, la comunicación en general”.
Respecto a la sexualización de la música que escuchan los chicos, dijo: “Yo creo que es responsabilidad del grande, del adulto acompañar, no solo delegar. Yo soy Piñón Fijo porque una vez me presenté como un válido”. opción de paso para mis hijos ante modelos con los que no convergí”.
Si vamos a la caja negra de su vida, cuál es el momento que lo convierte en un Piñón Fijo: “Una noche le agarré una sábana a mi bebé Sol, que ahora tiene 35 años. Agarré una máquina de coser que mi vieja y esa sábana la convertí en un pantalón. Me hice unos tirantes, me pinté la cara y me hice una foto. Ya venía con intentos pero me parece que ahí estaba la decisión de decir: ‘El sábado me voy a Parque Las Heras y hago lo que tengo que hacer’. Ahí me pongo el traje y tengo la foto de ese momento”.
Hacia el final de la entrevista se abre la caja negra. Comienza un desafío inesperado. Semana tras semana una figura se presentará al salón para dialogar y reflexionar. Y tú, ¿te animas a recordar qué momento hizo un clic en tu vida?
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