Es la intensidad de su mirada lo que te sorprende cuando la encuentras en las oficinas de su editor en París. “Una visión de rayos X”, como escribió su compatriota, el escritor argentino Pedro Mairal. La periodista y escritora Leila Guerriero tiene que ver con esos ojos, simplemente delineados con lápiz negro, que se clavan en los tuyos y permanecen allí de un extremo a otro de la entrevista.
Esta mirada se ha hecho famosa en América Latina y España desde que Leila Guerriero escribió algunos de los libros, columnas, reportajes y retratos más célebres del periodismo narrativo. su primer trabajo Los suicidios del fin del mundo Publicado en Francia dieciséis años después de su estreno en Francia, lo ha convertido en una de las grandes plumas del género y ya atestigua su sentido de observación a 360 grados. La culminación de cuatro años de reportajes en Las Heras, un pequeño y remoto pueblo de la provincia de Santa Cruz en lo más profundo de la Patagonia, repasa la ola de suicidios -una decena- que se produjo allí entre 1997 y 1999 entre jóvenes de 18 a 19 27 años. . Ahora es lectura obligatoria en las escuelas de periodismo de América Latina y otros lugares.
Leila Guerriero no solo rastrea estas trágicas muertes. Ella observa de cerca, con paciencia y meticulosidad el área en la que tuvieron lugar: una ciudad que prosperó gracias a la producción de petróleo en la década de 1960, antes de experimentar un declive y un alto desempleo tres décadas después.
La provincia a la vista
A través de un comunicado de prensa de UNICEF enviado a la prensa en 2001, era Leila Guerriero quien entonces trabajaba para el principal diario argentino La Nación, aprender de los hechos. En ese momento, la organización internacional lanzó una acción para prevenir los suicidios. Temiendo que sus colegas tuvieran en sus manos esta historia antes que ella, la periodista hizo contactos locales y se tomó cuatro días libres para visitar a su familia en Junín, el pequeño pueblo donde nació en 1967, a 250 kilómetros de la capital. El tema es importante para esta mujer, que siempre tiene en mente la provincia. “Hablamos el mismo idioma que la gente de Las Heras. “Quiero ir para ser alguien” es una frase que escuché mucho en Junín. Una ciudad del interior puede parecer romántica desde Buenos Aires, pero sé que estos son lugares duros y duros”. dice con voz tranquila.
Para encontrarse con las familias de los fallecidos, Leila Guerriero se toma el tiempo de sentarse y recoger sus palabras, utilizando una grabadora sencilla -sin tomar notas- y una calidad de escucha que explica a través de años de psicoanálisis. “Me ayudó a manejar la distancia, saber escuchar lo que decimos pero también lo que no decimos. Estar ahí sin estar ahí. No interrumpir y no hablar por los demás, ella lo señala. Una técnica que aplica en cada reportaje. Lo más importante es que no presiona a sus interlocutores, regresa a ellos tres, cuatro, seis veces, asegurándoles que volverá en los próximos meses, lo que hará varias veces.
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