El presidente Javier Milei afronta una semana llena de desafíos, pero también recibe buenas noticias. Además de los elogios del Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación en Argentina se desaceleró por cuarto mes consecutivo.
Los datos publicados el martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) (14) muestran que la inflación mensual fue del 8,8% en abril. Esta es la primera vez desde octubre pasado que el índice alcanza un solo dígito, cumpliendo una de las promesas de Milei.
El presidente ultraliberal asumió el cargo en un momento de alta inflación: en diciembre pasado, el índice mensual alcanzó el 25,5%. Desde entonces, ha habido una tendencia a la baja con tasas del 20,6% (enero), 13,2% (febrero) y 11% (marzo). El objetivo de alcanzar cifras de un solo dígito fue ampliamente publicitado por el gobierno.
En los primeros cuatro meses de este año, las fluctuaciones de precios aumentaron hasta el 65%. En los últimos 12 meses, la inflación subió al 289,4% (en abril fue un preocupante 287,9%). El mayor incremento el mes pasado se produjo en las facturas básicas del hogar como agua y electricidad, con un aumento del 35,6%.
El anuncio de inflación de abril coincidió con la declaración del FMI de que las negociaciones sobre la deuda de Argentina estaban avanzando bien. Sobre la base de resultados mejores de lo esperado, se espera que el organismo internacional apruebe la liberación de 800 millones de dólares (4.100 millones de rands) en junio.
A pesar de los elogios por los datos macroeconómicos, el gobierno de Milei heredó una Argentina empobrecida y exhausta tras décadas de crisis económicas. Según las últimas cifras oficiales, el 41,7% de la población vivía por debajo del umbral de pobreza en el segundo semestre del año pasado.
Las previsiones recientes sugieren que esta cifra ya supera el 60%, lo que pone de relieve los desafíos sociales que enfrenta el país.
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