Entender la nueva confusión del club en el campeonato argentino

Después de la agitación que marcó la eliminación del Atlético-MG en la Libertadores el pasado martes (20) en la Libertadores, Boca Juniors vive ahora un nuevo lío, esta vez en torno al campeonato argentino.

La situación es tan crítica que el diario “Olé” en el quiosco de Buenos Aires este sábado (24) califica la situación como “una espiral de locura”.

A raíz de la batalla del Mineirão y un viaje en autobús de 13 horas frente a una estación de policía en Belo Horizonte, Boca rompió la “burbuja de salud” que permitiría al equipo volver a sus actividades normales a su llegada a Buenos Aires, según el Ministerio de Salud de Argentina. Es decir, si el equipo se tragaba la reprimenda y regresaba a Argentina sin problemas, nada de lo que sucediera interrumpiría el fin de semana del equipo en el campeonato argentino.

El aplazamiento del partido contra Banfield (hoy a las 20.15 horas en el Estádio Florencio Sola, casa de Banfield) se dio por hecho a mitad de semana – después de todo, hay una historia de cooperación entre la AFA (Fútbol Argentino Asociación) y la LPF (Liga Profesional) de Futebol, Organizador del campeonato argentino) con los clubes del país que participan en competencias internacionales. Pero dado que la situación está siendo gobernada por el gobierno del país, ninguna de las dos unidades pudo hacer nada para ayudar a Boca.

mala gestión

Reconociendo que no ha estallado ninguna burbuja, Boca ha impugnado la decisión de la Secretaría de Salud y, pasado el plazo, ha solicitado que se monte un “corredor” para que el club pueda jugar ese sábado en Banfield con los mismos deportistas que en Belo Horizonte.

Debido a la demora en la solicitud y al rechazo de la Secretaría de Salud, el equipo se verá obligado a permanecer en aislamiento en el Hotel Intercontinental hasta el próximo miércoles cuando se completen los siete días del regreso del cuadro a Buenos Aires.

Boca insistió en enviar anoche una carta a la LPF solicitando que se pospusiera el partido, lo que la liga rechazó. La situación es grave. Luego de que Boca se hubiera enfrentado con la Conmebol por la eliminación en Libertadores, luego de su regreso al país, Boca logró realizar nuevas entrevistas con la Liga Profesional, que organiza el campeonato argentino, e incluso con el gobierno del país.

La única organización dispuesta a trabajar con el club es la AFA (Chiqui Tapia, presidente del club, es un hincha declarado del equipo).

Boca aún no ha definido cómo se desarrollará el fin de semana. La primera opción es no presentarse al partido de este sábado, lo que resultaría en una derrota ante WO y, si se repite, incluso en un posible descenso.

La segunda hipótesis del club es utilizar la categoría suplente (que inexplicablemente jugó ayer ante Banfield como si no hubiera pasado nada).

La confusión de los últimos días ha llevado a la opinión pública a criticar duramente a Juan Román Riquelme, vicepresidente de fútbol de Boca, que tiene a su lado a varios exjugadores (entre ellos excompañeros Jorge Bermúdez y Raúl Cascini) que no lo hacen. saber cómo ir detrás de las escenas del fútbol profesional moderno.

Otro crítico es el presidente de facto Jorge Ameal, quien se niega a enfrentar a Riquelme y deja que Boca experimente lo que ha sido descrito como uno de los momentos institucionales más críticos en los 116 años de historia del club más popular de Argentina.

Marcio Lizana

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