Unos días antes de su ingreso oficial a los BRICS, el presidente argentino Javier Milei envió cartas a los jefes de Estado y de gobierno de los estados miembros en las que anunciaba su retirada del ingreso previsto al grupo.
En su carta a los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, Javier Milei afirmó que la decisión del gobierno anterior había sido revertida.
El término BRIC fue acuñado en 2001 por el economista Jim O’Neill, que entonces trabajaba en Goldman Sachs Group Inc. El objetivo principal del término era destacar las fuertes tasas de crecimiento económico de Brasil, Rusia, India y China. El plazo fue visto como un escenario optimista para los inversores. El Club BRIC celebró su primera cumbre de jefes de Estado y de gobierno en 2009. Un año después, Sudáfrica se unió al grupo, añadiendo otro continente y la letra “S”.
El bloque anunció su expansión en agosto de este año. Los BRICS, ampliamente vistos como un contrapunto al orden mundial dominado por Occidente, anunciaron la incorporación de seis nuevos miembros.
El anuncio de la incorporación de seis naciones, entre ellas Argentina, Etiopía, Irán, Arabia Saudita, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, entraría en vigor el 1 de enero de 2024. Sin embargo, Argentina perdió su nombre luego de que Milei asumiera la presidencia.
Según informes de los medios, la carta firmada por Milei decía que la membresía de Argentina “no se considera apropiada en este momento”.
En sus cartas, dijo que su política exterior era “diferente en muchos aspectos a la de la administración anterior. En ese sentido, se están revisando algunas decisiones del gobierno anterior”.
Milei asumió el cargo en diciembre después de que los partidos políticos tradicionales de Argentina sufrieran una aplastante derrota. Durante su campaña electoral, Milei prometió no unirse a la comunidad BRICS. También mostró su apoyo a Estados Unidos e Israel.
Anteriormente, Milei afirmó que los intereses geopolíticos de Argentina estaban alineados con los de Estados Unidos e Israel y que Argentina no cooperaría con fuerzas comunistas como China y Rusia.
“Nuestra orientación geopolítica está del lado de Estados Unidos e Israel. No nos aliaremos con los comunistas”, afirmó Milei durante su campaña electoral. Sin embargo, tras asumir el cargo, la postura de Milei hacia China y Brasil se suavizó y adoptó un tono más conciliador.
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