El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, renunció a medida que se profundiza la crisis económica del país.

El Sr. Guzmán ha estado en el cargo desde fines de 2019, liderando las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la reestructuración de la deuda de Argentina.

Pidió “un acuerdo político dentro de la coalición de gobierno” para elegir a su sucesor.

Argentina está luchando con una inflación del 60% y una moneda débil, así como con el aumento de los precios mundiales de los alimentos y la energía.

Guzmán renunció después de una semana de turbulencias económicas debido a la caída del peso argentino frente al dólar.

Su partida deja un gran interrogante sobre la futura política económica argentina.

En una carta al presidente Alberto Fernández, Guzmán destacó las divisiones internas dentro del gobierno.

Pero no es ningún secreto que el presidente Fernández está en desacuerdo con su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, sobre cómo resolver los problemas económicos del país.

De hecho, Guzmán anunció su renuncia, mientras que Fernández pronunció el último de una serie de discursos de alto perfil criticando las políticas económicas de su propio gobierno.

Fernández, quien fue presidenta de 2007 a 2015, ha criticado lo que ella ve como el fracaso del gobierno para aliviar la carga financiera de los argentinos comunes.

Ella y sus partidarios consideraron excesivos los esfuerzos de Guzmán por reducir el déficit presupuestario y endurecer la política monetaria.

Si la Sra. Fernández se sale con la suya, el próximo ministro de Finanzas relajará la disciplina presupuestaria y aumentará la intervención del gobierno en la economía.

Pero eso podría resultar ser un trago amargo para el FMI, ya que algunos analistas financieros ya están criticando al fondo por no ser lo suficientemente estricto en su reciente acuerdo de deuda de $44 mil millones con Argentina.