Di María marca el gol que otros no pudieron y Argentina y Messi son por fin campeones – 10/07/2021 – Deporte

Y Lionel Messi ganó un trofeo con la selección argentina. Fueron tantos los fracasos de esta generación y la cola de títulos era tan larga que para muchos el panorama ya parecía inimaginable. Pero se registró la noche del sábado (10) en el Maracaná, el mismo Maracaná que le negó la gloria a él y a todos los argentinos en 2014.

No fue el gol de la camiseta 10 en el triunfo 1-0 de la eliminatoria de la Copa América, título que acabó rápidamente con una carrera de 28 años, sino Ángel Di María. Como recordatorio tardío de que a lo largo de los años Messi ha tenido que apoyarse en otros protagonistas para tomar decisiones y compartir con él la responsabilidad de hacer que la Albiceleste vuelva a ser campeona.

Cuando Di María fue iniciado por Rodrigo De Paul a los 21 minutos del primer tiempo, los hinchas argentinos presentes en el estadio (unos 2.200, la misma cantidad de invitados brasileños) debieron ver una película frente a sus ojos, una película repetida.

Frente a frente con Ederson, Di María lo echaría a patadas. Como Higuaín y Rodrigo Palacio hace siete años en la final del Mundial. Como el propio Lionel Messi, que aisló su penal y vio a Argentina perder una final de Copa América ante Chile por segundo año consecutivo.

Esta vez, sin embargo, el resultado fue diferente. El gol es prácticamente una copia del gol que marcó Di María en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Lanzamiento, tiro de cobertura, gol.

El relevo para una generación que prometía grandes éxitos con el equipo principal y el regreso de la esperanza del oro olímpico. Pero la victoria ha tardado tanto en llegar que ya no es solo un triunfo, es una redención.

Curiosidad por analizar cómo el peso de la línea no parecía estar del lado argentino este sábado. Fue una actuación madura de un equipo que nunca dejó de competir, pero cuya competitividad no siempre estuvo a la altura de la organización.

Ese sábado, el equipo interpretó el partido e hizo lo que no había hecho bien en la Copa América: jugar sin balón.

Con un toque fuerte a Neymar, que sufrió las faltas del argentino, y con las únicas actuaciones regulares de sus compañeros, el conjunto de Lionel Scaloni consiguió poner en una incómoda posición a los de Tite, rezagados en el marcador que mantuvieron la victoria hasta el final.

Punto para Scaloni, el entrenador novato que gana su primer título en el rol. Muchos otros pasaron por el trabajo, e incluso Diego Maradona fue puesto en ese puesto para sacar a Argentina de una vida sin logros.

En su edición del sábado, el diario argentino Olé habló de “Maradona en el cielo, Messi en la tierra” y llamó a una acción divina que pueda ayudar a la selección.

En todos estos años de ayuno no han faltado súplicas y oraciones dirigidas a fuerzas sobrenaturales o dioses (incluso a Diego) que pudieran sacar a la selección del incómodo lugar en el que estaba colocado, el de nada que ganar.

En preparación para la Copa del Mundo de 1986, el entonces entrenador Carlos Bilardo envió a un grupo de atletas a la norteña provincia de Jujuy para aclimatarlos a la altura que encontrarían meses después en México. Cuando visitaron la ciudad de Tilcara, le pidieron a la patrona de la ciudad que si salían campeones volverían a agradecerle.

Sin embargo, la visita de agradecimiento no tuvo lugar inmediatamente después del torneo. No fue hasta 2018 que los jugadores que levantaron el trofeo en el Estadio Azteca regresaron a Tilcara con una réplica del trofeo como una forma de hacer las paces con el santo.

Cuando hicieron la visita, fue por la selección argentina, que nunca más volvió a ser campeona del mundo y llevaba mucho tiempo esperando un título, cualquier título, desde 1993, año en que ganó la Copa América. El trofeo final de un país considerado cuna de estrellas. Uno de ellos votado seis veces como el mejor jugador del mundo.

Culturalmente, los argentinos tienden a dramatizar todo. Grandes derrotas también, como si ellos también fueran parte de la nación futbolística. Y lo hacen porque en este deporte llamado fútbol se gana y se pierde, aunque a la afición le cueste aceptar esa verdad.

Los argentinos tardaron casi una década en convencerse de que Lionel Messi es realmente argentino. Una enorme pérdida de tiempo. No es Maradona, pero también llora, también ama a su país. Y por último, con el Alviceleste también demostró que es un campeón. Está en la historia del fútbol que Messi se proclamó campeón con Argentina.

Marcio Lizana

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