Una disputa territorial ha provocado una disputa diplomática entre Argentina y Chile desde que el presidente Sebastián Piñera decidió a fines de agosto publicar una carta náutica actualizada del país.
En el nuevo mapa, el área relacionada con Chile incluye una zona de 5.500 km² de agua en el sur del continente que anteriormente figuraba como perteneciente a Argentina. La medida se refiere al tránsito internacional de embarcaciones y la emisión de licencias para embarcaciones pesqueras que operan en la región.
Argentina, por su parte, alega que la partición se regirá por dos tratados, la Convención de la ONU sobre el Derecho al Mar de 1982 y el Tratado de paz y amistad argentino-chileno1984. También dijo que estaba sorprendida por el momento del desafío, que para el canciller del país, Felipe Solá, significaría una “disposición a una expansión prematura dado el limitado territorio físico de Chile”.
Piñera, para quien la publicación de los nuevos mapas responde a la necesidad de “demostrar la existencia de la plataforma continental del país en los Mares del Sur”, dijo que presentará la solicitud de reconocimiento del mapa ante Naciones Unidas en noviembre.
De 1978 a 1984, Chile y Argentina libraron una amarga disputa por tres islas en el Canal Beagle que casi termina en guerra. Después de que se agotaron todas las vías diplomáticas, se pidió al Papa Juan Pablo II que mediara. Finalmente, se llegó a un acuerdo sobre los límites de las fronteras marítimas, que ahora está siendo impugnado nuevamente por los chilenos.
Aunque los argentinos expresaron sorpresa por el reclamo, Chile dijo que no actuó de repente y que había advertido al vecino país de su intención de reclamar la región desde 2009.
El canciller chileno, Andrés Allamand, publicó recientemente un video en el que insta a los dos países a entablar un diálogo para negociar posiciones.
Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina afirma que este “no es un momento para el diálogo, sino para informar y explicar cuál es nuestra posición”.
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