El nuevo presidente de ChileGabriel Boric, subrayó este viernes su conciencia ambiental y firmó la participación del país en el Acuerdo de Escazú de Naciones Unidas, un cambio radical de postura del gobierno anterior, que no apoyó el pacto.
Chile, el principal productor de cobre del mundo, inicialmente promovió el tratado, que se enfocaba en el acceso a la información y la justicia ambiental en América Latina y el Caribe, pero se negó a firmar el documento por temor a la inseguridad jurídica.
Pero Boric, quien asumió el cargo este mes para reemplazar al presidente de centroderecha Sebastián Piñera, prometió adoptar una postura firme sobre las regulaciones ambientales y el cambio climático.
“Este acuerdo representa un hito en el camino hacia una nueva relación entre el Estado y sus ciudadanos en temas ambientales”, dijo Boric.
La medida aún debe ser aprobada por el Congreso.
Firmado en 2018 por muchos países de la región, entre ellos Argentina, México y Brasil, el acuerdo entró en vigor en abril del año pasado con el objetivo de proteger los derechos de las personas “a vivir en un ambiente sano y al desarrollo sostenible”.
Esto incluye el acceso a información ambiental, que puede ser importante en países como Chile, donde los problemas relacionados con el uso del agua por parte de las empresas de cobre y litio y el impacto de la explotación de los glaciares pueden tener importantes implicaciones comerciales.
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