La primera jornada de la fase de grupos de la Copa Conmebol Sudamericana no trajo grandes sorpresas.
Uno de los favoritos para alzarse con el título de la competencia, el Barcelona de Guayaquil, semifinalista de la Libertadores 2021, que terminó en la segunda gran competencia del continente tras la eliminación del América-MG en la fase clasificatoria de la Libertadores, venció Montevideo Wanderers uruguayo con ella sin mucha dificultad 4 a 2
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Pero lo que quedará en el recuerdo de la afición que asistió al partido en el Estadio Monumental Isidro Romero Carbo fue un golazo que pocas veces llega en un partido de fútbol.
El responsable del cuadro, que merece ser incluido en la lista del Premio Puskás, que premia el gol más bonito de la temporada, fue Damián Díaz, ídolo de la afición del Barcelona de Guayaquil.
La jugada lo tenía todo: astucia, calidad de golpeo y, sobre todo, la percepción de la colocación del portero, que sólo un clásico 10 podía tener.
El gol olímpico, anotado a los nueve minutos del segundo tiempo, no fue nada tradicional. Tras ver al portero fuera de posición, pateó profundo con tres dedos, provocando que el balón muriera en la portería de la selección uruguaya.
La multitud enloqueció con el gol del argentino, que está en su segunda etapa en el Barcelona y ya ha disputado más de 200 partidos con la camiseta del club más popular de Ecuador.
En Brasil, la afición recordó el gol de Roberto Carlos cuando el equipo defendía en un partido contra el Portuguesa Corinthians en 2011.
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