Alberto Fernández asume la presidencia de Argentina

BUENOS AIRES (AP) — Alberto Fernández asumió el martes la presidencia de Argentina, devolviendo al país a las filas de las naciones de tendencia izquierdista en un momento de resurgimiento de la derecha en el hemisferio occidental. Prometió más ayuda a los pobres y advirtió que el país no podría pagar todas sus deudas a tiempo.

La vicepresidencia fue asumida por Cristina Fernández, de 66 años, una figura polarizadora que se desempeñó como presidenta de 2007 a 2015 y desde entonces ha enfrentado múltiples cargos de corrupción. Su presencia ha generado dudas sobre el alcance de su influencia en el nuevo gobierno.

Alberto Fernández, un abogado de 60 años del movimiento peronista de centroizquierda del país, enfrenta el desafío inmediato de sacar a Argentina de la crisis económica mientras cumple las promesas de una mayor justicia social. El país tiene una tasa de pobreza del 35% y lucha por hacer los pagos de la deuda a tiempo. Se espera que la economía se contraiga un 3 % a finales de 2019, con una inflación del 55 %.

“‘Me presento ante ustedes para hacer un llamado a la unidad de toda la Argentina para construir un nuevo contrato social de hermandad y solidaridad'”, dijo Fernández en su discurso inaugural ante el Congreso. “Me presento ante ustedes y llamo a todos a poner de pie a la Argentina, a poner al país en el camino del desarrollo y la justicia social”.

Dijo que la primera reunión de su gobierno se centraría en la lucha contra el hambre, diciendo que Argentina quiere pagar a todos sus acreedores pero no tiene la capacidad para hacerlo.

El líder saliente Mauricio Macri fue el primer presidente no peronista en terminar su mandato en 74 años, un hito visto como una señal de la madurez de la democracia argentina.

Los dos hombres se abrazaron luego de que Macri Fernández presentara la faja y el bastón presidencial, símbolos tradicionales del liderazgo.

Alberto Fernández se desempeñó como jefe de gabinete de Cristina Fernández al principio de su mandato, y muchos se preguntan si el nuevo vicepresidente ejercerá un poder descomunal en el nuevo gobierno. Usted y Alberto Fernández lo han negado.

Cristina Fernández dijo a las decenas de miles de peronistas que vitoreaban reunidos en la capitalina Plaza de Mayo el martes por la noche que las políticas de Macri son “un país devastado, tierra arrasada, pero sé que tenemos la convicción de cambiar esa realidad”. Tengo fe en las personas y sé que estas personas maravillosas nunca decepcionarán a quienes luchan por ellas”.

Los aliados cercanos de Cristina Fernández ya han sido designados para puestos clave en el gobierno, y su hijo es el líder del partido gobernante en la cámara baja de la legislatura.

“Han sido cuatro años duros. Escuchamos que nunca volveríamos, pero estamos de regreso y estaremos mejor que nunca”, dijo Alberto Fernándezt a la multitud en Plaza de Mayo.

Los miembros del partido vitorearon cuando la pareja tomó posesión y dijeron que tenían grandes esperanzas de una mejor calidad de vida.

“Veo muchos desempleados, mucha hambre y es muy frustrante”, dijo Claudia Pouso, una jubilada de 57 años. Quiero que se dé la vuelta a todo, más trabajo para la gente. Mi hija trabaja en el hospital y allí no hay nada. … Todo tiene que cambiar”.

El ministro del Interior saliente, Rogelio Frigerio, elogió la actitud conciliadora de Alberto Fernández con sus opositores políticos y su disposición al diálogo.

“Tenemos que ponernos de acuerdo con el próximo gobierno en caso de duda, él necesita ayuda y lo ayudaremos”, dijo Frigerio.

El nuevo presidente ya anunció planes para combatir la pobreza a través de la distribución de alimentos básicos subsidiados y describió medidas para bajar los precios de los alimentos y abordar la desnutrición en las familias pobres.

También ha anunciado planes para aumentar las pensiones de los jubilados y aumentar los beneficios para los empleados públicos y los de asistencia social.

En una región cada vez más dominada por gobiernos de derecha como Chile, Bolivia y Brasil, Alberto Fernández está encargado de disuadir a Argentina de trabajar en estrecha colaboración con Estados Unidos y otros gobiernos conservadores que buscan derrocar al asediado presidente socialista de Venezuela, Nicolás Maduro.

Fernández es cercano al exlíder de izquierda brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y al presidente populista de México, Andrés Manuel López Obrador. Mientras tanto, han aumentado las tensiones entre Fernández y el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro de Brasil, el principal socio comercial de Argentina. Fernández dijo que intentará trabajar de cerca con Brasil, cuyo vicepresidente asistirá a la toma de posesión.

Federico Avila

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