El Papa Francisco defendió apasionadamente a los inmigrantes el domingo, calificando su exclusión de la sociedad de “escandalosa, repugnante y pecaminosa” y poniéndose en curso de colisión con el próximo gobierno de derecha de Italia.

Francisco hizo sus comentarios en la canonización de un obispo del siglo XIX conocido como el “padre de los inmigrantes” y un hombre del siglo XX que atendió a los enfermos en Argentina.

Francisco, que ha hecho del apoyo a los inmigrantes un tema importante de su pontificado, dirigió la ceremonia frente a 50.000 personas en la Plaza de San Pedro.

“La exclusión de inmigrantes es escandalosa. De hecho, es criminal. Los está dejando morir ante nuestros ojos”, dijo.

“Y hoy el Mediterráneo es el cementerio más grande del mundo”, dijo, refiriéndose a las miles de personas que se ahogaron tratando de llegar a Europa.

“La exclusión de los inmigrantes es repugnante, es un pecado. Es criminal no abrir las puertas a los necesitados”, dijo.

Giorgia Meloni se convertirá en la primera ministra de Italia a fines de este mes, al frente de una coalición de derecha que ha prometido tomar medidas enérgicas contra la inmigración y reforzar la vigilancia de las fronteras de Italia.

Prometió devoluciones aceleradas y reglas de asilo más estrictas. Meloni también propuso un bloqueo marítimo en el norte de África para evitar que los migrantes zarpen y nuevas restricciones a los barcos de rescate para organizaciones benéficas.

Francisco, que no mencionó a Italia, dijo que algunos migrantes devueltos fueron llevados a “campos de concentración donde fueron explotados y tratados como esclavos”. En el pasado dijo que esto sucedió en Libia.

El Papa dejó el guión sobre los inmigrantes cuando mencionó al más conocido de los dos nuevos santos: el obispo Giovanni Battista Scalabrini, que vivió entre 1839 y 1905.

Scalabrini fundó dos órdenes religiosas, una de sacerdotes y otra de monjas, para ayudar a los inmigrantes italianos en los Estados Unidos y América del Sur.

El otro nuevo santo es Artemides Zatti, que vivió entre 1880 y 1951. Su familia huyó de la pobreza en Italia y se instaló en Argentina.

Laico de la comunidad religiosa salesiana, trabajaba como enfermero y llevaba la salud a los pobres en su bicicleta.

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