Kirchner argentino pasa a la ofensiva por procedimiento de trasplante

La vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, lanzó el martes una larga y políticamente cargada defensa contra las acusaciones de corrupción por las que los fiscales exigieron que enfrente 12 años de prisión y una suspensión perpetua de la política.

Kirchner, de 69 años, está acusada de adjudicar de manera fraudulenta contratos de obras públicas en su bastión patagónico.

Ella dijo en una transmisión en vivo por las redes sociales el martes que su ideología política, el peronismo, está en juicio y que los fiscales ya “escribieron el veredicto”.

“Nada, absolutamente nada, de lo que dijeron quedó probado”, dijo Kirchner, abogada de profesión que se desempeñó como presidenta de 2007 a 2015 y sucedió a su difunto esposo Néstor Kirchner.

Durante estos tres mandatos presidenciales se produjo el supuesto trasplante.

“No es un juicio en mi contra, es un juicio contra el peronismo, contra los gobiernos nacional y popular”, dijo, blandiendo extractos de leyes, artículos de prensa, correos electrónicos y relatos durante su discurso de 90 minutos.

“Son 12 años (prisión obligatoria), los 12 años del mejor gobierno que ha tenido la Argentina en décadas”.

Kirchner hablaba desde su despacho en el Senado, del que es presidenta y por el que goza de inmunidad parlamentaria.

Incluso si es declarada culpable -el veredicto se espera para fin de año-, no iría a la cárcel a menos que la Corte Suprema del país confirme su veredicto o pierda su escaño en el Senado en las próximas elecciones a fines de 2023.

Otra docena de personas están siendo juzgadas junto con el vicepresidente y sus audiencias judiciales están previstas para las últimas semanas.

Kirchner ha decidido defenderse en las redes sociales luego de que el lunes se le negara su solicitud de testimonio adicional.

Varios cientos de simpatizantes vitorearon su llegada al Senado el martes, mientras que otros hicieron lo mismo cuando salía de su casa en un barrio de lujo de Buenos Aires.

Y el propio ministro de Justicia, Martín Soria, criticó el juicio y dijo que “se ha puesto de manifiesto la falta de imparcialidad del tribunal y de los fiscales”.

Los acusó de negarle a Kirchner la oportunidad de “defenderse” al negar su solicitud de testimonio adicional.

Tal es su naturaleza divisiva que grupos rivales de manifestantes, tanto a favor como en contra de ella, se manifestaron frente a su casa el lunes por la noche después de que el fiscal Diego Luciani solicitó que fuera sentenciada a 12 años de prisión y una suspensión perpetua de la política.

La policía tuvo que intervenir cuando aumentaron las tensiones.

Luciani arremetió contra “un auténtico sistema de corrupción institucional” del que dijo que “probablemente sea la mayor operación de corrupción que haya visto el país”.

El martes, otros expresidentes de la izquierda sudamericana, el boliviano Evo Morales y la brasileña Dilma Rousseff, expresaron su apoyo a Kirchner.

Federico Avila

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