Casacor conquista el Conjunto Nacional, símbolo modernista

Pocos edificios en la ciudad ejemplifican el concepto modernista de uso integrado del espacio tan bien como el Conjunto Nacional en la Avenida Paulista. Casi una ciudad circula por ahí diariamente, miles de personas. residentes y empleados. Transeúntes y clientes de tus comercios y restaurantes. cine y sala de conciertos. Una población flotante que pronto será ampliada por un contingente de asiduos: visitantes interesados ​​en visitar la mayor exposición de arquitectura e interiorismo de América, Casacor São Paulo.

“De hecho, no podría pensar en un lugar mejor para celebrar nuestro 35 aniversario. Creo que nunca hemos estado tan cerca de nuestra ciudad como ahora”, explica Lívia Pedreira, directora y gerente de Casacor. El evento tiene prevista su inauguración el 5 de julio, con 68 ambientes creados por 70 profesionales, entre nombres consagrados y recién llegados, que ocuparán el primer piso del edificio en São Paulo. Más concretamente, la zona comprendida por las lamas de hormigón de la fachada exterior del edificio, además de un tramo de la terraza directamente encima.

Una gran exposición igualmente esperada, abierta al público, de pago o no, pretende presentar los momentos más importantes de la historia de Casacor. “Excavamos profundamente en nuestros archivos para descubrir lo más fundamental. Una tarea que requirió bastante esfuerzo, ya que no estamos hablando de unos pocos sino de cientos de ambientes que se han producido a nivel nacional durante más de tres décadas”, dice Livia. Entre otras cosas, habrá una sala de recepción virtual en que los arquitectos dan la bienvenida a los visitantes. “La idea era llevar a la muestra ese ambiente de inclusión que ofrece el Conjunto Nacional”.

PIONEROS

A principios de la década de 1950, el empresario argentino José Tjurs soñaba con construir un ambicioso proyecto en São Paulo: un gran edificio que albergara un hotel, restaurantes, bares, cines, tiendas, además de oficinas y departamentos con servicios. Toda una proeza para la época por la que dirigió un concurso que ganó un joven de 26 años llamado David Libeskind, recién graduado y desconocido.

La construcción de la torre prevista por el proyecto, que albergaría el futuro Hotel Nacional de São Paulo, fue rechazada por las autoridades: no se permitió la construcción de hoteles en la Avenida Paulista. Sin embargo, cuando comenzaron las obras en 1954, Tjurs, sin saberlo, comenzó a transformar radicalmente la avenida de la antigua dirección de las villas de los barones del café en un vibrante centro comercial y financiero. Luego, en un hito inseparable del paisaje de la ciudad. Y hoy en el escenario escénico de una exposición interesada en servir de espejo de la vida en el siglo XXI.

“Fue un privilegio poder dialogar con una obra tan fundamental para nuestra ciudad. Sin exagerar, diría que el Conjunto Nacional resume las ideas muy modernistas”, dice el arquitecto Lourenço Gimenez de FGMF, estudio invitado a la muestra. “Pensamos en una intervención delicada que sumerja al visitante en el proyecto original. Y para potenciar esta sensación, decidimos mantener la estructura original a la vista y, además, esparcimos cajas en el suelo que a veces parecen flotar. . Dentro y fuera de ellos, los ambientes tomarán forma”.

ALAMBRE CONDUCTOR

La sensación de continuidad con la calle sugiere el uso de pisos de piedra portuguesa en el interior, similares a los del pavimento paulista. Circulación inteligente que permite atravesar rápidamente el edificio de un bloque a otro. Por no hablar del acceso al espacio expositivo a través de la elegante rampa interior en espiral. Las arquitectas Paula Thyse y Carmela Rocha no han descuidado ninguno de estos factores a la hora de diseñar la exposición que conmemorará el 35 aniversario de Casacor.

“Es un espacio de circulación intensa, pero a la vez muy acogedor”, resume Thyse, ante el reto de desarrollar una exposición de esta envergadura sin comprometer el dinamismo del edificio. “En la práctica, todo se desarrolla a partir de una línea. Un hilo de neón que parte de la planta baja, dibuja una casa, en guiño al lema de la edición de este año, Infinito Particular, y discurre cronológicamente por la rampa de acceso hasta llegar a la taquilla. A partir de ahí, queda a criterio del visitante entrar o no en la exposición oficial”, explica.

Sin embargo, muchas atracciones prometen atraer la atención del público a lo largo del camino. Además de fotografías, se presentan objetos que hacen referencia a momentos inolvidables (e incluso pintorescos) del espectáculo. Sin olvidar una amplia mesa de asesoramiento digital donde los visitantes tendrán acceso a todos los ambientes y profesionales catalogados por las ferias que se vienen realizando en todo el país desde sus inicios. “De esta manera, encontramos que todos los participantes de Casacor se sienten representados de manera digna”, enfatiza Lívia.

TRAYECTORIA

El 8 de junio de 1987, el número 81 de la Rua Dinamarca en el Jardim Europa de São Paulo abrió sus puertas para la primera edición de Casacor. Concebida por Yolanda Figueiredo y la argentina Angélica Rueda, la muestra nació con la intención de ser un evento social, cultural y meritorio. La primera edición reunió a 25 nombres de la élite de la decoración, la arquitectura y el paisajismo del momento y atrajo a más de 6.000 visitantes durante sus 20 días de exposición. Todo (o casi todo) ha cambiado desde entonces.

Aparte de su formato original, el evento ya no se realizaba en residencias para explorar lugares alternativos como la Cinemateca de Vila Mariana o la antigua Maternidad Matarazzo, ahora Hotel Rosewood. Ocupó parte del Jóquei Clube Paulistano durante más de una década. Durante la pandemia se llevó a cabo en contenedores repartidos por la ciudad y el año pasado en el aparcamiento del estadio Allianz Parque de Pompeya.

Con el tiempo también se ha realizado en varias capitales brasileñas e incluso en ciudades del exterior. Ha lanzado y ayudado a cimentar las carreras de innumerables arquitectos y diseñadores. Catapultó a tantos otros. Como un espejo, año tras año reflejaba los cambios en los estándares estéticos y funcionales asociados con los espacios habitables. Ella lanzó la moda, dictó colores, estilos populares. Ha evolucionado del rococó al minimalismo. Pasó por altibajos, pero nunca dejó de celebrarse.

“Siempre tengo mariposas en el estómago en cada estreno”, dice el arquitecto con sede en São Paulo Leo Shehtman, el concursante más longevo del programa. “He realizado los más diversos ambientes, desde un bar hasta un vagón de tren, siempre buscando sorpresas. Soy más reservado este año, pero estoy seguro de que hará las delicias de todos”.

La información proviene del periódico. El estado de Sao Paulo.

Eugènio Carillo

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