En Argentina, los grandes roedores revelan los agravios ecológicos y sociales del país.

CARTA DE BUENOS AIRES

«Invasión de los capibaras», “Habitantes desesperados”, “Carpincho”. Los continuos canales de noticias argentinos, que tres meses antes de las elecciones parciales estaban más bien ocupados por la campaña electoral, se convirtieron el día 18 en un conglomerado de distritos en el norte de la capital bonaerense.

Estos herbívoros de América del Sur, que pesan hasta sesenta kilogramos, son capturados en el lugar, olfatean cerca de los cubos de basura de los residentes, visitan sus jardines o escupen en las calles donde un motociclista se desestabiliza. La imagen de un perrito blanco que supuestamente fue mordido en el costado por uno Carpincho, en español, se repite en un bucle. “¡Asqueroso!”, el moderador llama a una de estas estaciones “Hordas” Roedores desfilando tranquilamente en el distrito del Delta del Norte. Con el paso de los días, se convirtieron en un indicador de las opciones ambientales, sociales y urbanas del país.

En el delta del Tigris, a unos treinta kilómetros de la capital, Nordelta es residencia cerrada desde hace veinte años como en Buenos Aires y sus alrededores: una zona residencial exclusiva, segura y destinada a la élite económica del país. Sin duda el más icónico, porque el distrito más gigantesco del Delta Norte, ciudad dentro de la ciudad, alberga escuelas, un centro médico, lugares de culto, un polideportivo y áreas recreativas para sus 40.000 habitantes, según la asociación. Un memorando de voz grabado en WhatsApp por una vecina que criticaba la supuesta discrepancia social en su barrio se había viralizado hace cuatro años y estaba dedicado a una figura sociológica propia: “la burguesía del Delta del Norte”.

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¿Capibaras convertidos a Karl Marx?

Un roedor casual que perturba la calma de la burguesía en este país donde el 42% de la población vive en la pobreza: la “invasión” se convirtió rápidamente en un símbolo de la lucha de clases y generó multitud de memes y mensajes humorísticos. Uno de ellos se presenta un capibara, absorto en la lectura ciudad capital, de Karl Marx, un amigo (la infusión muy popular de los argentinos) a tu alcance. “Los capibaras vieron la burguesía del delta norte. Es el único animal que merece estar en las entradas “Ella dividió a un surfista en Twitter, foto de un roedor orgulloso en apoyo, aludiendo a los animales nativos impresos en las nuevas denominaciones argentinas.

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Marcio Lizana

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