En ensaladas, salsas, asados o sopas…
Normalmente, el tomate es el ingrediente que combina con casi todo y realza el sabor de cualquier plato.
Fácil de encontrar, puedes preparar múltiples recetas con la comida.
Pero más allá de eso, los tomates nos aportan una serie de beneficios para la salud, ya sean crudos o cocidos.
Aunque lo comemos como verdura, desde el punto de vista botánico el tomate es una fruta.
Existen alrededor de 10.000 variedades de tomates, que varían en tamaño, forma y color, predominando la variedad roja.
Y es precisamente este color el que lo convierte en un alimento muy interesante desde el punto de vista nutricional, explica Gemma Chiva-Blanch, catedrática de nutrición de la Universitat Oberta de Catalunya, en un artículo reciente La conversación.
“El color de las verduras está determinado por varias sustancias, polifenoles y carotenoides, que cubren el espectro desde el amarillo (limón) hasta el morado (por ejemplo, la berenjena)”.
“Los tomates son rojos porque contienen una gran cantidad de estos compuestos, aunque hay variedades de diferentes colores que tienen diferentes mezclas de polifenoles y carotenoides”, afirma Chiva-Blanch.
Estos compuestos bioactivos tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios, que según los expertos pueden ayudar a proteger las células del cuerpo del daño de los radicales libres.
Los tomates contribuyen a la salud del corazón
Para que te hagas una idea, una ración de 80 gramos de tomates contiene aproximadamente el 5% de las necesidades diarias de potasio de un adulto. El potasio es un mineral esencial que desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud del corazón y del sistema nervioso.
Comer alimentos ricos en potasio se asocia con un menor riesgo de accidente cerebrovascular y también puede estar asociado con tasas más bajas de enfermedad coronaria. Además, el potasio ayuda a equilibrar la presión arterial y contribuye al buen funcionamiento de músculos y nervios.
Los estudios han demostrado que el licopeno, otra sustancia que se encuentra en los tomates, puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la arteriosclerosis y la enfermedad coronaria. Además, esta sustancia también puede ayudar a reducir el colesterol LDL (el llamado colesterol malo) y prevenir la formación de placa en las arterias.
Sin embargo, cabe destacar que la comida por sí sola no es capaz de proteger el organismo. Otras medidas de estilo de vida saludable como el ejercicio y el manejo del estrés, así como una dieta equilibrada con bajo consumo de alimentos altamente procesados, también son fundamentales para proteger el corazón y las funciones vitales del cuerpo en general.
El profesor Chiva-Blanch destaca que el licopeno es uno de los pocos compuestos dietéticos que se absorbe mejor cuando se tritura el tomate, como ocurre en la sopa fría española llamada gazpacho o en otra versión típica del sur de España llamada salmorejo, o cuando se cocido.
Los tomates, al igual que otras frutas y verduras, pierden vitaminas y minerales cuando se exponen a altas temperaturas. Sin embargo, varios estudios sugieren que, por el contrario, el licopeno aumenta su potencial antioxidante cuando se expone al calor.
Además, los estudios indican que es recomendable consumir tomates cocidos con aceite de oliva, ya que esto contribuye a una mejor absorción de sus ingredientes.
Según la publicación Disfrute de su comida Según la BBC, gran parte del contenido de carotenoides se encuentra en la cáscara del tomate. Por ello, lo mejor es no pelarlos si es posible para sacarles el máximo beneficio.
Más beneficios
Los fitoquímicos de los tomates también tienen otros beneficios, incluido el mantenimiento de la salud ocular y la protección potencial contra la degeneración macular relacionada con la edad y otras enfermedades oculares.
El profesor Chiva-Blanch también destaca que las personas con diabetes, que tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, podrían beneficiarse de comer más tomates, ya que esto se asocia con una menor carga esclerótica y, por tanto, un menor riesgo cardiovascular.
A modo orientativo, 80 gramos de tomates se consideran una de las cinco raciones diarias de frutas y verduras recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para una dieta saludable. Esta cantidad equivale aproximadamente a un tomate normal o 7 tomates cherry.
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