Mientras hacía campaña para las primarias de agosto, Javier Milei blandía una motosierra entre la multitud en una calle de la ciudad de La Plata. Fue una metáfora de cómo quiere llegar a la Casa Rosada, sede de la presidencia argentina, y poner fin a esta status quo. Al final ganó estas elecciones, obteniendo el 30% de los votos y dejando atrás al actual ministro de Economía, Sergio Massas, y a la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Para sorpresa de muchos, era el candidato con mayores posibilidades de ganar las elecciones presidenciales de finales de octubre. Sólo lleva dos años en política, es economista y comentarista de televisión, pero también fue futbolista e incluso tuvo una banda tributo a los Rolling Stones.
Tiene una “familia de cuatro patas” a la que dedica sus victorias. Se compone de cuatro perros que clonó de su primer mastín inglés, Conan, y que, según dice, están en contacto con Dios. Quiere acabar con la casta política, volar los ministerios más importantes del Estado argentino y el banco central y cambiar la moneda argentina, el peso, por el dólar. Está cosechando la frustración de una derecha que está preocupada por la inflación galopante, que ya alcanza los tres dígitos, el aumento de la pobreza y el inminente colapso de la economía. Ver el vídeo
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