El ministro de Finanzas, Fernando Haddad, decidió no viajar a China y, en cambio, asistirá a la 8ª Reunión Anual de la Junta de Gobernadores del Bank of the Brics (NDB) el lunes por la noche (29 de mayo) en Shanghái a partir del martes (30 de mayo). La participación de Haddad será por videoconferencia y es la primera reunión presidida por la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, quien recientemente fue elegida presidenta del Banco.
La decisión de Haddad de no viajar a China estuvo motivada por la necesidad de articular votos en el Congreso para la aprobación del nuevo marco presupuestario. El proyecto, que fue aprobado por la Cámara de Diputados la semana pasada, llegó al Senado Federal el pasado jueves (25/05), donde ha enfrentado intentos de la oposición de frenar su avance involucrando a comisiones temáticas.
El nuevo marco fiscal es una prioridad en la agenda económica del gobierno y reemplazará el techo de gasto como herramienta de control de las finanzas públicas. La propuesta contempla eliminar el déficit para 2024, establecer un piso para la inversión pública y vincular el crecimiento del gasto al crecimiento de los ingresos. Los cambios realizados al texto original por los legisladores federales han hecho que las reglas sean aún más estrictas.
El objetivo del viaje de Haddad a China fue negociar ayuda financiera para Argentina a pedido del presidente Luiz Incio Lula da Silva (PT). Haddad ya había estado en China con Lula en abril y el viaje actual sería corto: partió el sábado pasado (27/05) y regresó a Brasil entre el 1 y el 2 de junio.
El ministro de Hacienda realizó varios viajes internacionales, visitando países como China, Argentina, Suiza, Uruguay, India, Estados Unidos y Japón. A principios de este mes, el presidente argentino, Alberto Fernández, visitó Brasilia para reunirse con Lula y Haddad, donde el gobierno brasileño anunció la posibilidad de ofrecer líneas de crédito a empresarios brasileños que exporten a Argentina.
En su reciente asistencia a la Cumbre Financiera del G7 en Japón, Haddad discutió la crisis de Argentina con funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Estados Unidos. El FMI ya se comprometió con un programa de rescate para Argentina, pagando $44 mil millones durante 30 meses a cambio de medidas antiinflacionarias. A finales del año pasado, ya se habían liberado 23.500 millones de dólares.
La situación económica en Argentina es preocupante: la inflación está en 104% anual y el dólar está alcanzando niveles récord frente al peso argentino. El país enfrenta su peor sequía en un siglo, y Fernández anunció recientemente que no se presentaría a la reelección. Lula y Fernández son aliados políticos y han defendido la creación de una moneda común en discursos recientes.
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