BUENOS AIRES, Argentina (AP) – El gobierno de Argentina defendió el miércoles el gigantesco desfile realizado para dar la bienvenida a casa a los campeones del mundo, a pesar de que el evento fue cancelado abruptamente en medio del caos organizativo.
Después de días de actividad de alto perfil, el capitán del equipo, Lionel Messi, y la mayoría de los demás miembros de la selección nacional de fútbol permanecieron en gran medida fuera de la vista, pasando tiempo con familiares y amigos.
Hubo especulaciones de que Rosario, la tercera ciudad más grande de Argentina, organizaría su propia celebración para el héroe de su ciudad natal, Messi. Pero tras el caos del martes en Buenos Aires, donde millones inundaron las calles para echar un vistazo al equipo ganador, los funcionarios enfatizaron que los jugadores preferían descansar.
Hablando sobre el final prematuro del desfile del martes, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, dijo: “El objetivo era proteger a los jugadores, no porque pudieran sufrir daños, sino porque cualquier cosa podría ayudar cuando tanta gente intenta acercarse a ellos”.
La Copa del Mundo y el éxito de la selección nacional trajeron un breve respiro de las luchas políticas comunes en Argentina, un país que ha estado plagado de problemas económicos durante años y sufre una de las tasas de inflación más altas del mundo. Pero la controversia sobre el desfile trajo de vuelta
Las autoridades del fútbol habían anunciado el martes por la mañana que el equipo viajaría en un autobús descapotable desde la sede de la Federación Argentina de Fútbol en las afueras de la capital hasta el Obelisco, el punto de referencia del centro de Buenos Aires que tradicionalmente ha sido el sitio de las celebraciones. Fernández dijo que advirtió desde el principio que esto era un error.
“Mira las fotos. Pon un autobús en el medio y te das cuenta de que se habrían quedado allí durante seis días”, dijo Fernández.
El propio presidente Alberto Fernández trató de exagerar la celebración diciendo: “Si ves la alegría que reinaba en las calles, el objetivo se ha logrado”.
El plan original era que el autobús viajara 74 kilómetros (46 millas) con los jugadores, pero después de que los jugadores cubrieron 12 kilómetros en solo cuatro horas bajo el sol abrasador del verano, los subieron a helicópteros para sobrevolar una ciudad capital que el gobierno anunció como un desfile aéreo.
Tras el traslado, los helicópteros regresaron a la sede de la FA y desde allí los jugadores viajaron a casa, incluido Messi, que voló a Rosario con su compañero Ángel Di María.
Messi abordó un helicóptero en el aeropuerto de Rosario y voló a la comunidad cerrada en las afueras de Funes, donde tiene una casa. El video en las redes sociales mostró a los vecinos animando a Messi a su llegada y la estrella del fútbol accedió a tomarse selfies.
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